Quizás me dedique a escribir durante un tiempo, o durante toda la vida, quien sabe. Lo que tengo claro es que me gusta escribir y estos espacios así, me dan buen rollo, escribir y escuchar música: mi mayor adicción junto a tí, está claro.
viernes, 17 de agosto de 2012
Que no importa lo que piensen los demás.
Esa impotencia que sientes cuando estás un montón de tiempo conectada y cuando te desconectas y vuelves ves que hace aproximadamente 10 minutos estaba conectado, que podías haber hablado con él, que todo el tiempo que has estado tú conectada esperándole no ha servido de nada. Piensas en ponerle un pedazo de privado, de esos que nos salen solo a las chicas cuando estamos bien inspiradas y la dirección de tuenti nos dice que el mensaje es demasiado largo y que es un error, tú también piensas que es un error, porque él puede pensar que eres una pesada y que no le dejas en paz. Ese miedo a saber qué es lo que pensará cuando lea el mensaje que te has tirado mucho tiempo escribiendo y pensando las palabras perfectas. Así que, piensas mejor que no debes enviarle nada y esperarte a que se conecte y pillarlo conectado para poder hablar con él sin problemas. Pero es que no puedes aguantar tanto tiempo conectada perdiendo el tiempo, mientras que puedes estar haciendo otras cosas y no, estás ahí, esperándolo, sin que él ni si quiera lo tome en cuenta. Por esa misma razón abres un bloc de notas y comienzas a escribir el supuesto mensaje que deberías de enviarle. Comienzas con un, "¿qué pasa entre nosotros?", pasas por, "yo te quiero mucho y he hecho muchas cosas por ti, sin que tú ni si quiera lo sepas" y terminas con un, "joder, que te quiero y muchísimo...". Esperas, escuchas canciones para matar el tiempo y da la casualidad de que todas las canciones que escuchas te recuerdan a él. Te vas a darte una vuelta por tu casa para airearte un poco. Estás en tu habitación y recuerdas cada momento vivido junto a él. Coges tu movil y... ¡Venga, esto ya es coña! En primera pantalla una foto tuya con él. Desbloqueas y otra foto más, en esta sale él dándote un besito y tú tan feliz. Que ilusa, ¿verdad? Y pensabas que todo iba a ser tan perfecto y tan maravilloso, porque él te daba la sensación de que todo es perfecto cuando estás con él, que no necesitas a nadie más, tan sólo a él. ¿Por qué siempre pienso eso? No lo entiendo, joder... Pero en fin, sigues con tu movil y abres la agenda. Vas bajando y bajando y encuentras su nombre, miras a otro lado y te muerdes el labio. ¿Lo llamo? ¿Le envío un mensaje? No. Va a pensar que eres una pesada. Él seguro que está en la calle tan tranquilo y feliz, y seguro que tú no quieres arruinarle la tarde enviandole mensajitos, no, no. Vuelves a tu ordenador y sigues escribiendo en tu bloc de notas sin parar, ahora más inspirada que nunca. Sí, ya estás decidida. Le vas a enviar ese pedazo de privado que has estado escribiendo durante toda la tarde. Lo terminas, le pones un corazón al final y ya está listo. "Enviando..." Ya está, lo has enviado, no hay vuelta atrás. Te sientes orgullosa por ese privado, piensas que cuando lo vea se va a quedar con la boca abierta y eso de pesada ni se le pasará por la cabeza. Ahora sí, eres tú misma, tan segura y sexy.
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