Porque a veces, detrás de aquella persona que se va haciendo mayor, siempre queda algo de la infancia, que forma parte de tu pasado. Pero quizás cada vez que quieras, puede formar parte de tu presente. Somos adolescentes aunque nos sigamos divirtiendo como niños. ¿Cuantas veces hemos deseado volver a ser esos
niños tan felices? Como antes, cuando eramos pequeños. No teníamos ninguna preocupación por nada que no fuera ser el mejor en el juego o incluso si te gustaba dibujar, ¿acaso teníamos otra preocupación que no fuera salirse de la linea al colorear? No. Por eso nunca viene mal recordar cosas del pasado, como nos divertíamos en esos tiempos, eramos tan felices...
Y en esta ocasión, lo recordé demasiado bien.
Hicimos una apuesta;
-¿A que no te atreves a ponerte a jugar con esos chavales al fútbol? +¿Que no? ¿Que te apuestas?
-Mmm..no sé, lo que quieras. +Está bien.
Y de repente me vi dándole patadas a un balón. En ese instante, me sentía una persona diferente, jugando con esos pequeños... y no tan pequeños, jé. Total, que me sentía estupendamente, porque aunque fuera por un instante, estaba recordando una parte de mi que ya creía muerta, que no utilizaba desde hace años. Y la verdad es que a partir de ese día, sigo recordando en mas ocasiones lo increíblemente bien que se lo pasa una persona en esa etapa de su vida, sin mas preocupaciones, porque aunque una se vaya haciendo mayor poco a poco, nunca debe de perder esa faceta de niña que lleva dentro, porque aunque tengas 15 años, no te debes de sentir como una de 9 si te pones a pegarle patadas a un balón con dos pequeñajos y un amigo.
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