Estábamos él y yo en el salón de mi casa, una tarde de
verano. Hablábamos de nuestros padres y hermanos, cuando de repente se puso en
pie.
-Gordi, vamos a jugar al pilla pilla.
+Y luego me echas las culpas a mí y dices que empiezo yo
idiota. Dije con una media sonrisa.
-Pero si se que a ti también te gusta, ¿Qué mas da tonta?
+Es verdad, si que me gusta…
-Entonces, ¿jugamos al pilla pilla?
+Bueno, porque no…
-Venga, sal a correr que voy detrás de ti.
+Espero que no me pilles. Digo mientras suelto una carcajada.
-Y yo espero pillarte. Dice él con una sonrisa picarona.
+No lo vas a conseguir. Insinúo moviendo las cejas mientras
salgo a correr.
Sale a correr detrás de mí, llevábamos un tiempo de ventaja,
veo que se va acercando porque corre más que yo, sigo corriendo más deprisa,
intentando que no me alcance. Le miro fijamente y sigo corriendo, mientras él
intenta alcanzarme.
-¡Para! que tengo algo que decirte. Me dice mientras va
aflojando su ritmo.
+Pues dímelo a voces. Digo mientras sigo corriendo, esperando
a que lo haga él también.
-Te lo he avisado, te lo he dicho a las buenas. Grita
mientras corre más deprisa y consigue cogerme de la cintura, sonriendo.
Intento ir más despacio mientras me giro para mirarlo. Me
agarra fuertemente la cintura, sin hacerme ningún daño, sólo para que no me
pueda escapar, me arrima a él y
seguidamente, me besa dulcemente. Le sujeto por el cuello mientras seguimos
besándonos. Me apoya en la pared, me coge las manos y las pone por encima de mi
cuello sujetándolas con las mías y comienza a darme besos lentamente por el
cuello.
Le miro sonriente mientras me muerdo la parte inferior del
labio.
-Déjate el labio quieto. Dice mientras se acerca hasta rozar
sus labios con los míos.
Le beso y comienzo a darle algunos que otros besos por su
cara, hasta llegar a su cuello.
Se acerca aún más a mí y me coge en brazos, llevándome hacia
la habitación y dejándome despacio encima de la cama. Le acaricio la cara y
comienzo a comérmelo a besos. Mete su mano delicadamente por debajo de mi
camiseta mientras arrima su cara junto a la mía. Siento como me roza y le
agarro por la espalda mientras comienzo a sacarle su camiseta. Noto como me va
levantando mi camiseta poco a poco y me besa el cuello. Consigo quitarle su
camiseta del todo mientras me revuelco y me tumbo encima de él. Me quita mi camiseta, pone sus manos en mi
trasero y me besa. Noto su presencia, nunca había sentido algo igual y comienzo
a besarle desde su cuello para abajo. Se muerde el labio mientras me mira. Yo
de mientras observo que me mira y subo hacia su boca, le vuelvo a mirar.
+Ese trabajo ya es mío. Digo mientras empiezo a besarle. Él
sigue besándome mientras me va desabrochando el pantalón. Le muerdo la oreja y
paso mi lengua por su pecho. Se vuelve y se pone encima de mí y con delicadeza
empieza a bajarme el pantalón. A mi aquello me parecía algo irreal, nunca había
sentido algo igual, tan maravilloso como esto que me estaba pasando.
Ahora era mi turno de poner mis manos sobre su trasero,
mientras que le acariciaba por el cuello. Me quita del todo el pantalón y
empieza a darme bocaditos por todo mi cuerpo. Yo le termino de quitar su
pantalón mientras lo miro.
Pone sus calurosas manos sobre mi espalda y me desabrocha el
sujetador, dejándolo caer en los suelos y empieza a darme besos por cada uno de
mis senos. Le quito el pantalón del todo mientras le miro sonrojándome un poco,
viendo que se pone un poco loco y sigo dándole bocaditos por su cuello, que no
es lo primero que estreno. Mientras, él me quita mi última prenda y sube despacio
hacia mi boca hasta que consigue besarme. Hago yo lo mismo con su última
prenda, siguiendo con el beso. Baja con su boca por mi cuello, ya va quedando
menos, llega a mis senos, pasa por mi vientre, hasta llegar a mi cintura y
sigue bajando, me mira que estoy un poco nerviosa.
-Se bien lo que me hago, hagámoslo a mi manera.
Cierro los ojos mientras sonrío y le voy acariciando por su
espalda. Dejo que su lengua se sumerja en la locura. Lo acompaña de algunos
besos suaves y algunos bocados leves.
Me quedo mirándolo fijamente, ahora ya no siento miedo de mi
misma, estoy segura. Sube hasta mi boca, me besa.
-Ha llegado el momento. Me lo dice en un murmullo. Yo
asiento con la mirada. – Quieres que entre dentro tuyo.
Comienzo a suspirar y le agarro por la espalda mientras le
beso, un beso, tan suave y con tanta dulzura que diría que ya si estoy dentro suya.
Los cuerpos se juntan, entre su corazón y el mío, apenas
queda espacio, de momento va despacio, mientras me besa con algo de retraso.
Le sujeto por la cabeza y le voy dando bocaditos por su
cara. Poco a poco sube la fuerza y velocidad, me siento como en un sueño,
soñando la realidad. Sigo dándole esos bocaditos que tanto le gustan por su
mejilla acompañados de algunos besos con trampilla, mientras noto que va
frenando con esas caricias que le voy dando.
Se acuesta a mi lado, me rodea con sus brazos, esta noche ha
servido para forjar nuestros lazos.
Me he quedado dormida, no me reprocha nada, después de lo
que ha ocurrido, estaba agotada. El cierra sus ojos y se duerme en la euforia,
tiene seguro que esta noche, soñará con la gloria.