jueves, 27 de septiembre de 2012

Perderse a medio camino.

Me acuerdo cuando nunca me salía del camino e iba siempre acompañada, cuando todo eran risas y bromas, cuando todo era mucho más fácil. Cuando no tenía que esforzarme a cada paso que daba, cuando todo encajaba sin necesidad de mover las piezas, cuando no era necesario crecer. Recuerdo cuando no necesitaba la ayuda, ni el apoyo de nadie. Cuando todo resultaba menos agobiante y estresante, cuando simplemente era una niña. Y ahora, es tarde para arrepentirse, ya no soy una niña. Hace tiempo que cogí un atajo y me perdí a medio camino, a día de hoy ando sola y perdida.

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